El tiempo de maduración es aquel que va después de la fermentación, y consiste en un reposo de la bebida a temperaturas determinadas; su objetivo es mejorar las características para que al consumirla el sabor sea agradable. Un aspecto muy importante en la maduración es la temperatura a la cual es sometida, siendo la temperatura 12° más común y aceptada en la mayoría de las bebidas.
En términos generales las cervezas estilo Ale pueden manejar una temperatura de 18° y las Lager alrededor de los 10°, lo que permitirá que la cerveza madura a una velocidad adecuada y el resultado sea el deseado. También suelen madurar en un período de dos a seis meses, aunque el mínimo de tiempo es de tres a cuatro semanas y mientras más sea el tiempo de maduración, más fuerte será la bebida.
Con respecto a las Porter son menos amargas, con una densidad baja y mejor grado que las Stout. La Stout es una bebida de color casi negra, oscura, con un sabor amargo y elaborada con un tipo de malta de cebada tostada.
Y en el caso de las cervezas Ale, después del proceso de fermentación en caliente y un tiempo transcurrido de tres o cuatro días, se alcanza una temperatura de 25° dejándola fermentar hasta por dos semanas, y pasado dicho tiempo algunas de esas cervezas tienen un tipo de maduración posterior que puede ir de unos días de acondicionamiento caliente (13-16°C) a una maduración en frío.